Nos acogeremos al argot calé (gitano para los menos avispados) para avivar nuestras esperanzas cara a la temporada de caza mayor que acaba de empezar: "los gitanos no quieren buenos comienzos". Pues si, no ha sido bueno el inicio de temporada mayor en Niebla aunque, con matices, se ve de otra manera. Las espectativas puestas en esta montería eran altas, mejores que la del año pasado, donde se abatieron 18 reses, ya que en el seguimiento previo de la mancha, se habían avistados muchos cochinos. Acudieron las mismas puertas que el ejercicio anterior, 65, divididas en 7 armadas. Con 5 rehalas (la mancha no merece más pues aunque es bastante larga lo es también en estrecha, de hecho, no se puede cazar con rifle).
Ya avisábamos en el artículo anterior que las calores podían hacer de las suyas en este inicio de temporada en cuanto a calidad y cantidad de reses. Por eso decíamos al principio que, con matices, el "fracaso de resultados" se entendería mejor. Y es que la calor hizo de las suyas. La mañana fue fresca, pero pasada las 10 de la mañana, el sol hizo estragos. Los primeros en sufrirlos, los perros. Éstos, unido a que siempre el inicio de campaña es difícil pues aún no están "muy puestos" padecieron las inclemencias del sol castigador y, a pesar de que nos encontrábamos en los aledaños de un pantano y con el arroyo (casi seco con pequeños charcones) casi seco, sufrieron de lo lindo para terminar la mancha. Acabaron exhaustos.
Otro factor a considerar es que en verdad esta montería tiene como objetivo primordial otros que la caza mayor y es castigar un poco a las alimañas y depredadores de la caza menor para espantarlos de la mancha, que es la verdadera riqueza de ésta, sumándole también que había que abatir todas las reses pues era Montería de gestión. Y otro factor más, es que hace apenas un mes que se cerró la media veda, y esta zona es uno de los centros neurálgicos de la caza de paloma y tórtola por lo que también pudo influir ésto.
De hecho, con el lance que vamos a relatar a continuación, se puede entender aún más lo que relatamos. Nos referimos al que disfrutó nuestro amigo "El Chicha", en la puerta número 8 de la armada una, montada por Manolo Batalla. El cazador ya vaticinaba, según me comentaba, un buen lance pues tenía el nº 8 al apuntarse y, en el posterior sorteo de las puertas también repitió número, por lo que dijo "esto trae premio seguro". Pues bien, pasamos colocando las puertas los 17 cazadores que componíamos la armada más el postor. Se ubicó en ella, justo en un caño delante de una balsa, a menos de 2 metros de ella. Tras más de hora y media en la puerta, con la llegada de un perro, que parecía que venía al cazador suplicando agua, éste se carga de aire, se vuelve y en un giro se lanza a la balsa y saca a un espectacular cochino que había aguantado achantado todo el tiempo el paso de todos los cazadores con una paciencia brutal. Al final buen cochino pero éste no fue más que un ejemplo de lo que podía pasar y, de hecho sucedió, y era que por la calor, los perros iban a sudar bastante para poder levantar las reses ya que no se levantaban con la facilidad que lo hacen en otras ocasiones.
El día acabó con 12 cérvidos (entre machos y hembras) y 3 jabatos. Todos ellos muy bonitos. También es cierto que hubo muchos tiros y muchísimos fallos. Tal y como nos comentaba Manolo Ruiz, a él se le fue el cochino del año y, a dos metros. Como él, muchos comentaron al final de la jornada que habían estado mal y se le había ido el lance. Ahí estarán para el año que viene.
La lectura positiva, que el domingo se abrió por fin para la caza menor y, según comentario general, el resultado fue excelente. Muchísimos conejos y bastantes perdices.
Como cada año, al inicio de temporada y de cada jornada, se dan por el presidente, por el secretario y por el Capitán de Campo las directrices para el año y para la montería concreta. Las charlas, como siempre en la ermita antes de partir al campo.
Al inicio se repartieron los premios del año pasado. El primero, entregado por Antonio "Ranito" al mejor venado del año pasado a Pedrín "Calañas". En la siguiente, José Palacios le entrega a su hijo Walo, el trofeo al "Pichichi" del año. Este año también ha empezado bien, con dos cochinos.
En esta foto, la entrega por Lucas LLanes a Raúl cabello el trofeo por el espectacular cochino, medalla de plata, abatido en los aguardos.
En esta, el socio Bernabé Romero Barba entrega a Alvaro el trofeo al mejor cochino de la temporada 2011/2012
Las Primeras en moverse, las ciervas, en esa foto vemos a tres de ella intentando abandonar la mancha a las primeras de cambio.
LLega la hora de sacar las reses de las puertas. En nuestro club lo hacemos de la forma más tradicional posible, aquí no hay reses mulilleras para sacarlas. Los socios, cada cuerda saca los suyos a cargadero, se las ingenian para sacarla de cada puerta a las pistas de carga.
Abajo, Chicha, con el Cochino que le sorprendió en su puerta, buen ejemplar aunque con poca boca. Al lado, el mantel de reses abatidas previo a su análisis veterinario y posterior carga
Como dijimos al empezar, hemos tenido mal inicio pero la temporada pinta muy bien.
