jueves, 10 de octubre de 2013

UN INICIO ESPERANZADOR DE LA TEMPORADA DE CAZA MENOR





El pasado domingo día 6 empezó la temporada general con la apertura de la caza menor en Niebla. Tras el buen invierno del año pasado con abundante comida y donde la cría ha sido buena tanto en conejo y liebre como en perdiz y, con la gestión hecha por la Directiva del Club con la suelta de 150 pájaros en las manchas de pino de Romeral y Malabrigo, los socios salieron al campo con la moral subida esperando que los resultados fueran los esperados.
El día acompañó poco, pues la calor hizo de las suyas, apenas había pasado una hora de la apertura, el calor apretaba causando estragos en los principales protagonistas de la caza, el perro. Además de la temperatura alta, la falta de campeo y que aun no están "puestos" condicionó en gran medida el día de caza.
Acudieron al campo dos mentalidades distintas, los que pensaban que hacer cupo iba a ser bastante fácil pues creían que los pájaros soltados apenas ofrecerían resistencia y los que entendían que conseguir cobrar una pieza iba a costar sudor y lágrimas.
Y fue lo segundo, los pájaros soltados, que se adaptaron bien al terreno, hicieron de las suyas e hicieron honor a la fama que les precedían pues su caza resultó especialmente dificultosa dejando fuera de dudas que se trataban de buenos ejemplares y que eran mera "carne de caza". Hicieron sufrir mucho al cazador y a los perros, con vuelos bastantes largos y continuos, se mostraban incansables, parecían verdaderos "obuses" cuando abrían sus alas, volando rápidos y escasa altura, dificultando su tiro de forma bastante especial. Muchos tiros se oyeron que vaticinaban que se iban a castigar en demasía pero al final de la jornada se demostró que les ganaron la partida a los cazadores. Pocos ejemplares abatidos dejando a muchas de las escopetas "en blanco". Se presentaron al final de la jornada muchas perchas vacías a pesar de que todos decían haber disfrutado como hacía tiempo pues lo importante no era matar sino salir al campo, poder trabajar con sus perros, vivir los lances.
Por supuesto, nadie hizo cupo, haciéndose cumplir la máxima de "nunca se puede vender la piel del oso antes de cazarlo". Pero lo más importante, que todos los socios mostraron sus satisfacción por el gran día de caza del que disfrutaron.



 José A. con su primer pájaro abatido. Ha empezado bien el año que, junto con su primo, fueron de lo pocos que se pueden decir que triunfaron, cobrando este pájaro y una liebre (foto inferior) entre los dos. Pudieron ser más pero...para el domingo que viene será.

 Como decimos siempre y. como se ve en la foto, la caza es lo de menos, lo importante acabar el día disfrutando con los amigos y comentando los lances.

 Jesús y Paco, sobrino y tío, haciendo valer los perros que tienen y su trabajo. otro duo que triunfó el domingo con conejo y liebre.