miércoles, 24 de julio de 2013

EL CLUB MURALLAS DE NIEBLA CONTRA LA DEFORESTACIÓN DE NUESTROS MONTES

La Directiva del Club ha enviado dos cartas, al Ayuntamiento y a la Delegación de Medio Ambiente, para poner en conocimiento las tareas de deforestación que se están llevando en el Monte Público (y nuestro acotado) con las tareas de tala de eucalipto que se están llevando a cabo.

            El Club, que cuenta a su favor con el aprovechamiento cinegético del Coto 10394 “Baldíos de Niebla”, exigirá que se respete el pliego de condiciones por el que nos resultó adjudicado, donde se establecía la obligatoriedad de que nuestro aprovechamiento debería y sería compatible con los demás aprovechamientos, al igual que los demás deben serlo con el nuestro.

            Actualmente se están ejecutando diferentes aprovechamientos de madera y, con la forma de proceder en ellos, entendemos que se está impidiendo la ejecución de nuestro aprovechamiento de una forma correcta además de que se están produciendo unos efectos que dificultarán en un plazo inmediato y que afectan gravemente a nuestra concesión.

            Cualquier aprovechamiento maderero se debe hacer de forma que el  adjudicatario no pueda impedir, menoscabar, dificultar o producir alteraciones que molesten la eje­cución de los demás aprovechamientos, distintos de los de a él adjudicados, que se puedan realizar en el monte, ni de los trabajos  de cualquier índole que se  pretendan realizar o autorizar.

            Normalmente, en cualquier legislación aplicable y, que son recogidas por los pliegos de condiciones que adjudican esas explotaciones, se establece que el apeo del arbolado se realizará de forma que se eviten daños a la regeneración de otras especies arbóreas propias del monte, así como a las manchas de matorral y a otras especies. Además, la eliminación de restos de corta, que se realizará si­multáneamente con el aprovechamiento principal, debe de hacerse con la misma diligencia. Es más, hay ocasiones en las que se excluyen zonas de corta por la presencia abundante de regenerado natural de monte y cuya salvaguarda no quede garantizada con el apeo del arbolado objeto del aprovechamiento o de zonas de refugio de especies de fauna de la zona. Así pues, tanto el apeo como la eliminación de los restos de tala y poda se realizarán de tal forma que la caída de los árboles y la limpieza causen el menor daño posible al resto del arbolado en pie y al matorral u otras especies.

            Una vez finalizado el aprovechamiento, el ad­judicatario debe dejar limpia la zona de los restos de corta. Nada se dice  que se deba eliminar monte (jaras, retamas, jaguarzo, etc) que sirven a su vez tanto de refugio como de alimentos para especies de la fauna cinegética y que son el objeto de nuestro aprovechamiento. Solo se debe eliminar los restos de corta, lo que sucede es que, las empresas adjudicatarias, buscando un ahorro de costes pero, infringiendo la normativa aplicable y los pliegos de condiciones, aportan maquinarias que va eliminando cuanto se antepone a su paso con un daño más que notable tanto al monte como a las especies cinegéticas y, por lo tanto, a nuestro aprovechamiento.

            Los aprovechamiento, en sus pliegos se establecen cláusulas que prevén estas actuaciones, estableciendo la responsabilidad de los adjudicatarios de los daños que se originen en el monte, así como los originados en las pistas y caminos forestales como consecuencia de los trabajos de ejecución de este aprovechamiento. Normalmente, al finalizar el plazo de ejecución del apro­vechamiento se redacta un acta de reconocimiento donde  se consignan los da­ños, clasificándolos de evitables o inevitables, caso de haberse producido, así como cualquier infracción que se observe, evaluándose las compensaciones económicas a resarcir.

            Nosotros no buscamos ni dificultar otros aprovechamientos, ni indemnizaciones ni nada parecido sino simplemente que se nos facilite y no obstaculice el nuestro, que en este caso se está viendo gravemente dificultado y que, indirectamente, produce consecuencias que, a la postre, son asumidas por nuestra entidad:

-          Se eliminan alimentos naturales, debiendo desplazarse los animales a otras zonas, de cultivo, cuyas denuncias únicamente repercuten en nuestro Club.
-          Se eliminan zonas de refugio desplazándose los animales a otros acotados (perdemos objeto de nuestro aprovechamiento) superpoblándose esas otras zonas y produciendo daños que, al igual que antes, sus daños únicamente repercuten en nosotros a través de denuncias.
-         Se levantan especies de sus encames que producen accidentes de tráfico y que se traducen en denuncias hacia nuestra entidad,
-         Etc.

Además, se están produciendo actuaciones que degradan el entorno, ataques medioambientales, ataques a la flora y fauna, etc. por las que debería velar el titular del terreno así como las autoridades competentes en materia medioambientales, evitando actuaciones como las que se están produciendo en el monte público.

Fotografías realizadas por el servicio de guardería de la situación actual de los terrenos, así como del estado en el que quedan las zonas de corta.


 Se está llevando corta de palos cuyo grosor apenas llega a los 8 ó 10 cm en su parte más ancha, es decir, árboles jóvenes con escaso valor. En muchos casos, como es la tarea que se está llevando a cabo en el Cruce de la peñuela, se están cortando “renuevos” de árboles que se cortaron recientemente, apenas dos o tres años atrás.
 Con esta imagen se demuestra cómo se está quedando el terreno, prácticamente desierto, eliminándose toda la vegetación existente: jaras, retamas, jaguarzo, aulaga, etc.
 Como se observa, se cortan palos de todos los grosores, dejando los tocones arrasados.
 Este es el aspecto que se queda en la zona, como se observa en la foto, eliminándose todo. Una vez se triture queda prácticamente desértico.



 Estas dos fotos, son bastantes significativas de las tareas que se están llevando a cabo, las zonas, una vez pasada las máquinas de triturar, muelen todo: restos de corta y matorral, por lo que se asemeja más a una zona desértica que a un monte.
 Como se ve en esta instantánea, los árboles, en muchas ocasiones, no son talados sino arrancados y abandonados. Si se observa el pie, en la zona de corte vemos como no tiene un corte limpio de una moto-sierra, sino astillado, síntoma de que ha sido desgarrado del tocón

Y ésta es otra consecuencia muy común, una gran cantidad de restos de materiales propios de los trabajos: filtros de maquinaria, aceites, embases, plásticos, lubricantes, etc

La Directiva ha  solicitado que se adopten las medidas oportunas para la cesación de tales actuaciones ya no sólo por la afectación a nuestro monte público sino por las dificultades que ello suponen al objeto de nuestro contrato.