miércoles, 22 de junio de 2016

SE FUE FRANCISCO DOMÍNGUEZ CACERES, "PUÑITO". SE FUE UN GRAN COMPAÑERO Y CAZADOR. D.E.P


La vida, muchas veces, nos juega malas pasadas, la vida es dura, la vida, como diría aquel, es así. Sea por los motivos que sea, muchas veces el camino es difícil. ¿Muchas? creo que más de las necesarias. Los más creyentes dicen "todo lo que te mande Dios, que sea físico, todo se aguanta, el cuerpo aguanta mucho, el cuerpo lo aguanta todo". Pero hay ocasiones, que el castigo, el mandado de Dios, es demasiado, tocan techo y nos llevan a un límite.

Pero no es esta la razón de nuestras líneas, queremos dedicar esta entrada a una gran persona, una gran  persona que la pasada semana nos dejaba, Una gran persona y un gran cazador, pero, sobre todo, un gran amante del campo y la naturaleza.

Cuando se va un amigo, se reflexiona y mucho, sobre la idea de la ausencia para siempre de nuestro entorno de alguien como él. Ahora tenemos que compartir la tristeza de este tipo de ausencia de una persona a la que todos, cada uno a su manera y con sus formas, apreciaban. Echaremos de meno sus rifas mañaneras los días de monterias, con esos premios artesanales que, aunque algunos se enojaban, al final todos participaban y todos esperaban el final del sorteo para ser agraciados. Sus jamoneros de cuernas de venados, los puñales "puñitos", llaveros, palmitos o una simple caja de balas.

Sinceramente, este club se encuentra ahora huérfano de un socio y cazador que tuvo la gallardía, la valentía de dar un paso al frente y querer compartir sus últimos días de esta puñetera pasión, la caza, con todos nosotros, Un verdadero privilegio. Echaremos en falta sus historias, sus vivencias que siempre contaba como verdaderas batallas ganadas. Nunca tenía un no. Antes de que le acabaras de pedir algo, sin dejarte terminar y, muchas veces sin saber cómo iba a acabar la cosa, ya te estaba diciendo un contundente "si". Ese era Puñito, siempre atento, siempre servicial.

La muerte es uno de esos temas que por nuestra cultura genera tristeza, nostalgia, desolación...soledad. Sin embargo, debemos tener siempre una idea clara que deberíamos llevar tatuada en nuestra mente: "las personas mueren cuando la olvidan". Sirvan estas lineas como homenaje a Puñito, al que queremos inmortalizar con estas palabras y con esta imagen que  nos traslada un familiar porque nos decía "seguro que es así como querría él que lo recordaran". Y es verdad, porque él era y es así, siempre dibujando una sonrisa.

 Ahora, todos los que hemos tenido la suerte de ser algún día agraciado con alguno de sus premios de sorteo, lo inmortalizaremos, sus trabajos ahora se convertirán en eternos en nuestros corazones y mientras exista alguien que así lo tenga y vea, esa persona nunca morirá, pues solamente algo muere cuando se olvida. Este Club, nunca olvidará a Puñito. DEP