Hoy hemos vivido un gran día en nuestro Club, coincidiendo con el cierre de temporada y con la ya tradicional comida de socios, la Directiva ha tenido a bien, hacer un reconocimiento especial a nuestro socio más veterano, Antonio González, Antonio "Ranito" que a sus 84 años mantiene intacta su pasión por la caza. Muchas veces hemos hablado de él en nuestros artículos y, esta vez, hacemos una presentación oficial a nuestros lectores (que son muchísimos a lo largo de nuestra geografía) y una dedicación especial por parte de nuestros socios.
Os trascribimos las palabras que le ha dirigido el Presidente del Club, Manuel Vivas, a todos los socios:
Hoy cerramos nuestra temporada de Caza. La mejor
manera: Como lo hacemos todos los años, con esta comida de hermandad. Hace un
año que me eligisteis como Presidente y yo, me gustaría pasar por este Club por
ser un Presidente agradecido. Mi trabajo al frente de este Club lo tomo ya como
una rutina, no me importa dedicarle mi tiempo y mi dedicación pero si hay una
cosa que me gustaría resaltar en mi gestión por encima de todo es mantener el
señorío de nuestro Club, el Club Murallas de Niebla. Un Club de caza y de
cazadores iliplenses.
Y no hay mejor forma de
hacerlo, como dije antes, que la de ser agradecido. Los que hoy disfrutamos de
la caza no podemos olvidar nunca lo que hicieron nuestro mayores y antecesores
por nosotros y no me refiero el inculcarnos el amar este deporte, sino el que
verdaderamente podamos cazar y poseer el coto que hoy tenemos.
Hoy queremos homenajear a
un socio, por supuesto sin menospreciar a los demás, un socio, cazador e
iliplense hasta la médula, un socio que empezó a cazar allá por el año 1946, cuando
siendo un niño ya aguardaba a los conejos aprovechando su trabajo con Dominguez en Las Arenas, hace de esto ya,
nada más y nada menos, que 70 años.
En aquellos tiempos, no
había las facilidades, ni técnicas ni económicas, que hay ahora, pero ello no
era un obstáculo para que él cazara y se las ingeniaba para incluso fabricar él
mismo su pólvora con la que recargar los cartuchos mezclando el clorato, con el
serrín y azúcar. Y no lo hacía sólo, lo hacía con su amigo el portugués. La
caza era bien distinta, se cazaba para comer o para sacar algún dinerillo. Por
supuesto, de camino, la mochila no sólo se llenaba de caza, había otras cosas,
como llenarla de piñones para su hijo mayor, Antonio. Y después de cazar, a
dormir en Casa de la Vilana.
Poco a poco se fue
forjando y ahí nació lo que hoy es: un artista. Como él mismo nos dice, “Cazar
es una mezcla y hay que relacionar muchas cosas: la distancia, los vientos,
la audacia, la prudencia y, por supuesto, la velocidad”. Para nosotros, los que lo conocemos, él ha
convertido la caza una obra de arte y que jamás se repite. Él convierte cada
lance en un momento distinto.
Dice el escritor Luis
Sepúlveda “El cazador ha de ir siempre un poco hambriento, pues el hambre
agudiza los sentidos.” Y yo digo, pues nuestro amigo Antonio no deber de comer
nunca los fines de semana porque ni falla a una y cada lance lo convierte en
todo un éxito que más quisiéramos los más nóveles como yo.
Es padre de cazadores, transmitiendo su
afición a dos de sus tres hijos, Antonio y Kini, aunque Claudio también se le
ve muchas veces en su compañía en alguna
que otra montería y, como nos dice su hijo Antonio: “bendito veneno”. Cada semana mandaba a sus hijos en la moto a
los pinos a buscar y recoger cartuchos y tacos para, durante la semana, ir
recargándolos para el fin de semana y, los que diera tiempo eran los que había
para cada uno, en esos tiempos en los que como él dice “tú mirabas para arriba
y eran miles y miles los zorzales”.
Lo principal que debemos agradecer
todos los que estamos aquí hoy en particular y, todos los cazadores de Niebla
en General, es lo que luchó por
conseguir lo que hoy día disfrutamos todos. Trabajador incansable por tener
este Coto que tenemos, pagando de su propio bolsillo numerosos viajes a Sevilla
e incluso al abogado allá por los años 60 y 70 para mantener nuestro Coto,
sirviéndose de cuantos amigos tenía para ello, sobre todo de su gran amigo
Lucas LLanes, Gracias a eso hoy podemos disfrutar de unas manchas que se
perdían como fueron Siete Chozas o El Castillo
No es necesario señalar que nuestro
amigo y socio Antonio, Antonio “Ranito” es uno de los grandes cazadores que ha tenido,
que tiene y que tendrá nuestro pueblo. Y suerte la nuestra y la mía personal,
del poder haber compartido con él: jornadas de caza, ratos de comida, eventos
como éste que nos une hoy aquí a todos y, sobre todo, escucharle contar
vivencias e historias de nuestra caza en Niebla, de lo que eran Malanduja, o
Montemolí, o la Cañá de Rite. A parte de su grandeza como persona Antonio, es cazador,
pero además cazador apasionado, cosa que tampoco hace falta señalar, ya que
este hecho, es por todo aficionado a la caza conocido.
Cada día y cada momento que compartes con él te deja enseñanzas
para la posteridad, pero quizás la principal lección que nos da a todos es
demostrando con hechos y lo convierte en toda una declaración de principios
propia de un genio: que la edad no es un impedimento y que mientras que muchos
piensan que el éxito de sus cacerías depende
del resultado él mantiene un punto de
vista diferente y es que hay que estar ahí, al “pie del cañón”. Cada domingo lo
podemos ver, No falla a una, para él la esencia de la caza
es disfrutar del lance. Eso sí, como pase delante de él: “aviao va”
Ha participado en innumerables competiciones de caza: perros de
muestra de San Huberto, en el campeonato de Andalucía, en competiciones de caza
menor con perros tanto a nivel regional como autonómico, en el campeonato de la
tercera edad de Huerto Ramirez, etc y siempre, como mínimo, finalista e incluso
ganándolos. Acumula gran cantidad de trofeos, aunque cuando algunos son
culinarios, como un jamón, se lo “arrebañe” su hijo Kini.
Ahora, cuando muchos con menos años ya han colgado sus escopetas
o reusan de su afición, él comparte la caza con su gran otra pasión: El tiro al
Plato. Aunque su hijo Kini de vez en cuando se enfade por los kilómetros que
hace, cada vez que puede, coge el coche con su cuadrilla de amigos y acude a
cualquier cancha que se tercie: se ha recorrido casi todos los campos de
Andalucía, en Extremadura, acudiendo incluso al campeonato de España en Granada
compitiendo con las mejores escopetas de España.
Nuestro socio Antonio, que se caracteriza por su calidad humana,
por ser siempre respetuoso, por su constancia, por su humildad por su ansia de
que llegue cada domingo siendo siempre el primero en acudir a la inscripción.
Digno de admiración por los logros que han conseguido tanto para él como para
todos nosotros. Un socio que siempre va
a estar en el corazón de este Club.
Hoy te vamos hacer entrega de una Placa, sabemos que es poco,
pero deseamos y queremos que, cada vez que la veas, estos Socios, este Club y
todos los cazadores de Niebla, te estamos muy agradecidos por tu compañía. Que
sepas siempre que para este Club y para los socios es un Honor tenerte como
compañero, socio y cazador.
Nuestro socio, visiblemente emocionado, escuchando atentamente las palabras del Presidente.
El Presidente, haciéndole entrega de una placa conmemorativa.
El Vicepresidente, Walo Palacios, felicitando a Antonio.
En la foto de arriba, su hijo Kini y en la de abajo, su hijo Antonio, los dos cazadores que han heredado la mayor afición de su padre: LA CAZA
Sus tres Hijos, Antonio, Claudio y Joaquín, junto a su emocionado padre.
Todos los socios y directivos felicitaron y reconocieron el mérito de este cazador, que este año ha cerrado su temporada con 15 reses abatidas en 18 monterías.
Nuestro Capitán de Campo, David Palacios, no quiso ser menos y reconoció el trabajo de Antonio.
Miembros de la Junta Directiva posan con el socio más veterano del Club
A esta imagen le sobran las palabras.