El día 3 de febrero se celebró la montería de La Carbonera, más conocida entre nosotros como La Reserva. El año pasado se monteó por primera vez desde hacía 10 años y, dado el juego que dio, este año se presentaba con gran expectación y de ahí los 91 puestos que se ocuparon. Una montería que se organizaba más como de gestión de daños dada su proximidad a la carretera que une Niebla con Valverde del Camino que como una montería pura y dura. Pero se ha convertido en una montería típicamente "jabatera".
Como de costumbre se abrió la mesa a las 7 de la mañana donde poco a poco, acudieron todos los monteros a coger su número y a visualizar el plano de la mancha buscando la suerte en sus preferencias: de cierre en la carretera, en el barranco de Barrancoso, en la pista central, etc. Al final, se apuntaron 79 cazadores divididos en 9 armadas.
Como de costumbre, antes de la suelta ya se empezaron a escuchar los primeros disparos y teniendo en cuenta que la armada de cierre a la carretera podía matar ciervas, ya nos imaginábamos que ese tiroteo se debía a ellas.
A las 10.30 la suelta y, en ella, el tiroteo fue incesante pues se dio rápidamente con los jabatos y éstos dan mucho juego a la montería.Los perros trabajaron a las mil maravillas y movieron la mancha como en pocas ocasiones a lo largo de la montería.Fueron registrando los cabezos uno a uno y los rehaleros hicieron un trabajo inconmesurable en sacar los cochinos de los encames en las solanas. Se fallaron, como de costumbre, muchísimos cochinos, de hecho en la armada de Miguel Padre, tiraron las 6 puertas mas de dos veces cada uno y no mataron ni uno solo. Pero al final el plantel fue de 25 jabatos, tres de ellos de buena boca, siendo el más espectacular el de Molina que además abatió un venado.
Faltó el juego de los venaos pero era de esperar pues ya se habían monteado las manchas colindantes y se habían avistado pocos y aún así se mataron 8.
Al final un plantel de 53 reses abatidas: 25 jabatos, 8 venados y 20 ciervas.
Toca el momento de apuntarse en la mesa.
Una vez apuntados todos, el sorteo (foto de abajo) para el reparto definitivo entre las distintas armadas.
Dos de nuestro socios más "viejos" seguramente contando viejos lances, el Cano y el Goro
Puñito que no falta a sus rifas. en esta foto convenciendo a Campi para que le compre su papeleta.
En esta foto, Joaquín González abatiendo un venado que ya venía dado de otra puerta, en concreto de dos, de la del Cano el cabezúo que fue el que le hizo la primera sangre, después lo tiroteó Raúl Chamusquina y, finalmente, Quini, tras tres disparos, logró hacerse con él.
La armada del barranco de Barrancoso antes de entrar en las cuerda
Los perros no escatimaron en su trabajo. En esta foto vemos a dos de ellos después de un agarre como se puede apreciar en la sangre del hocico del de la derecha.
El venado ya abatido por Quini
Aunque acudieron los mulos para sacar las reses, cualquier medio es posible para sacar alguna de ellas a cargadero. en esta foto Javi sacando con Bartolomé el cochino abatido por el primero. Buen cuerpo pero poca boca.
Arrastrando el venado para sacarlo a cargadero para las mulas en el Barranco de Barrancoso
Si no es cargando con él, también vale cualquier medio para sacarlo del monte a la carga. Eso sí, todos a una.
Las mulas sacando el venado abatido el Cano y rematado por Quini.
El magnífico ejemplar abatido por Manolo el Moli. Y el venado detrás. Buen jabato para despedir el año.
Todas las manos son buenas para cargar las reses al carro.