COMIENZA LA TEMPORADA DE CAZA MAYOR
El
próximo día 13 se inicia la nueva temporada de caza mayor en el Coto Baldíos de
Niebla. Lo primero, dar la bienvenida a todos los nuevos socios de este año,
tanto a los que por primera vez se van a iniciar en este deporte, como a
aquellos que por fin se han decidido a dar el salto a unirse a nosotros para
disfrutar del Coto de Niebla, donde, lo primero que le aseguraremos, será un
disfrute cordial de las jornadas cinegéticas, así como que conocerán a todos y
cada uno de los que participarán en cada montería, ya que todos ellos, son
iliplenses.
Este
año y, acogiéndonos a expresiones taurinas, si el tiempo no lo prohíbe,
podremos disfrutar de 18 monterías en nuestras manchas ya conocidas por todos.
Ahí nos esperan: La Falda del Dique, Maravaí, los Posteruelos, Siete Chozas, El
Castillo, Los medios, La Falda del Dique, La reserva, Los caños, etc. Pero
sobre todo, las más ansiadas por todos: Montemolín, La Atalaya, Maranduja, La
Palmita…
Para
el buen montero, el nombre y el lugar da igual, ya que lo que más desea es un
buen día, un disfrute del campo, una buena comida, una buena charla con los
colegas, intercambios de lances, ya que, al fin y al cabo, la montería buena es
aquella en la que se disfruta de un lance y éste, hoy por hoy, tal y como se
hacen las cosas desde que el Club Murallas de Niebla se hizo cargo de su
gestión, se puede producir en cualquiera de ellas.
Si
nos atenemos a datos estadísticos de años anteriores, sabemos que en cada
montería se abatirán una media de 25 reses y acudiremos 70 monteros, lo que
supone que uno de cada tres de ellos, cobrará una pieza por día. Al final de
temporada, raro es el cazador que, como mínimo, ha abatido a lo largo de la
temporada 4 ó 5 ejemplares. Los hay a los que la suerte le sonríe y acaban el
año con 12 ó 14, o que cobran en una sola jornada 5 ó 6. Pero sea lo que sea
como acabe el año, lo cierto es que desde inicio, nadie parte con ventajas.
Este
año, por poner un perjuicio, lo único que lamentamos es la climatología ya que,
partiendo del mal año, en cuanto a lluvias se refiere, que tuvimos el año
pasado y que seguramente habrá mermado la calidad de las reses por la escasez
de alimentos naturales, hay que sumarle los largos meses de calor que venimos
padeciendo, ya que desde mayo no han bajado los termómetros de los 30 grados
diurnos. El inicio tampoco está siendo bueno, las calores persisten. El primer
síntoma que hemos observado los que salimos asiduamente al campo, es tanto la
escasez de celo como lo tardío que está siendo la berrea en nuestro acotado. El
cochino, más adaptado a estos extremos climatológicos y por su condición de
omnívoro parece que si a criado bien y mejor, lo que, unido a nuestra política
de no abatir reses por debajo de un peso, parece que la especie va mejorando en
cuanto a número y calidad.
Sea
como fuere, el trabajo del Club nunca se ha venido abajo, ni ha mermado en
cuanto a intensidad se refiere. Desde que finalizó la temporada pasada hemos
trabajado con la intención de seguir subiendo los resultados de la misma forma
que se han producido durante estos tres años anteriores. Ya empezamos el verano
con un resultado excelente en los aguardos nocturnos por daños, con ese récord
local del cochino medalla de plata abatido por Raúl Cabello. Posteriormente,
lejos de decaer, nos hemos afanado en preparar una temporada de caza mayor a la
altura de lo que nuestro coto merece.
Como
hemos dicho antes, dada falta de agua y, por ende, la falta de alimentos,
nuestro trabajo de campo se ha centrado en dos frentes. El primero, a través
del servicio de guardería, en un control más exhaustivo de comederos ilegales y
furtivismo (con los resultados ya publicados en este Blog). El segundo en un
arduo trabajo de aporte de alimentos tanto para “preparar” las manchas así como
para aportarle alimentos adicionales a las reses intentando que se mejore, los
celos, la cría y lactancia, la calidad de trofeos, etc. Es decir, todos los
beneficios posibles que se persiguen mediante esta tarea de aporte de
alimentos.
El equipo encargado
de organizar y preparar estas manchas, al que desde estas líneas queremos
agradecer enormemente su labor desinteresada, con un valor incalculable,
destinando un gran número de horas de su tiempo y trabajo, para el disfrute
posterior de todos, no han cejado ni un minuto en su empeño. Se han construido
unos comederos artificiales ubicados estratégicamente en las manchas, donde
cada semana se han llenado de grano. Lo primero que hemos observado ha sido la
facilidad con la que han sido “tomados” los comederos y raro es el caso donde,
cada vez que se ha ido a reponer, no se han encontrado totalmente vacíos. Estos
para los jabalís. Por el contrario, al ciervo se ha hecho de forma distinta,
esparciendo grano por distintas zonas de tránsito y acceso a las manchas.
En
estas fotos, podemos observar, la forma en la que se repone el grano a cada
comedero artificial, los cuales son embestidos literalmente por los cochinos y,
a través de unos orificios, el grano sale gradualmente para la ingesta de toda
la trope.
En estas fotos podemos observar
la espectacularidad que presentan las zonas donde se ubican los comederos, ya
que, de inicio se incorporan en medio del monte, cuanto más escondido mejor
pero que, una vez tomados por los cochinos, los convierten en verdaderas eras
totalmente trillada, por su empeño en sacar el grano del comedero.
Del
mismo modo, para su seguimiento y vigilancia, se han ido colocando cámaras
nocturnas por el servicio de guardería en el que se puede comprobar el gran
número de ejemplares que, noche tras noche, acuden a las zonas elegidas. Ha
entrado por tropas, de dos en dos, de tres en tres, los más espectaculares y, a
la vez, desconfiados, lo hacían en solitario o con su escudero. Aquí os mostramos un elenco de imágenes:
Los dos primeros, abriendo el paso a los más desconfiados y
pasando inadvertidos por delante de la cámara. En la foto de abajo, un
“navajero” afilando sus colmillos en el tronco de un pino.
Empiezan
a confiarse y su entrada en las zonas de comederos ya son por verdaderas tropas
de 7, 9 e incluso 14 ejemplares. En la foto inferior podemos observar un
espectacular macho, que más de uno ansiaremos porque sea a nosotros al que nos
irrumpa en nuestra puerta este año.
La cámara es tan sensible, que no
se escapa ni un ejemplar más pequeña como es esta liebre que irrumpió en el
comedero.
En esta foto, podemos observar un espectacular jabato, en
medio de la baña.
En
definitiva, un gran trabajo que esperamos que de sus frutos y, que este año,
podamos saborear todos los monteros iliplenses. Nuestro deseo es que todo este trabajo de sus frutos y podamos disfrutar de esta nueva temporada como lo venimos haciendo estos pasados años.
LA DIRECTIVA