El pasado día 5 se pudo disfrutar de un gran día de montería en Niebla. Tocaba una de las manchas mas codiciadas por los monteros, "La Atalaya" como lo demostró su gran afluencia con un total de 78 puestos sorteados. Además de ser un gran día de cacería fue también una jornada emotiva y solidaria pues se homenajeó a Fructuoso Fernandez, un montero al que la mala suerte le jugó en su día una mala pasada. Invitado de excepción y como espectador, con la colaboración de protección Civil (desde esta página nuestros agradecimientos a los voluntarios) este Montero de los Marines acudió a los lances que se viven en Niebla cada domingo. La jornada fue, en una palabra, ESPECTACULAR. Nadie daba crédito de la cantidad de reses que se divisaron. Lo más llamativo la numerosidad de jabatos aunque solo se abatieran diez (hubo puertas que entraron por piaras) pero, una vez más, se pudo comprobar cómo los perros no pudieron con las piezas y los mejores ejemplares burlaron una y otra vez las rehalas quedándose dentro de la mancha. Al final del día, con el resultado ya sabido de 19 ciervos y 10 jabalis, se produjo, sin lugar a dudas, el momento más emotivo en el que el Club le hizo obsequio de una regalo de la entidad y en el que el Excmo Ayuntamiento de Niebla lo nombró montero de Niebla por un día con su recuerdo conmemorativo. La emociuón fluyó a raudales entre los asistentes. Lo más importante el día de reunión solidaria amenizado por una comida donada por el Ayuntamiento haciendo honor que los cazadores de Niebla, ahora sí, son una piña.
Las dos fotos de arriba, momento en el que los monteros, guiados por el postor, acuden a su armada.
Momento del sorteo, en campo, de las puertas entre los distintos componentes de la armada. en este caso, la armada de "El Batalla" que, a la postre, sería la que mejor resultado obtuvo con un total de 10 reses abatidas.
de "EL batalla". En esta armada en concreto, fueron numerosos los lances de cochinos los vividos, aunque al final, solo se abatieron 4.
Momento en el que el Alcalde nombra Montero por un Día a Fructuoso. La imagen de su cara y la expresión de sus ojos hablan por sí solas.